DELITOS DE OPINIÓN Y EXPRESIÓN (PRIMERA PARTE)

 

El mundo occidental ha venido evolucionando, es cierto que un poco a los tumbos, en materia de reconocer derechos a grupos antes desplazados. Hoy Occidente es un lugar donde, en general,  prima la tolerancia y donde  existe un cierto respeto por la opinión ajena. Por supuesto que aún existen – o de vez en cuando reaparecen – tendencias autoritarias que amenazan con destruir un esfuerzo de décadas, o incluso de siglos, de construcción de sociedades más tolerantes. Pero no es a los regímenes totalitarios – que aún subsisten también en occidente – a lo que me quiero referir en este post, sino a ciertas situaciones que se dan – curiosamente – en algunos de los países con sistemas políticos democráticos más evolucionados y con sociedades más integradas.  En muchos de ellos resulta sorprendente la existencia de ciertas disposiciones atentatorias de las libertades individuales – fundamentalmente la libertad de expresión – y que son, o bien resabios de épocas anteriores o, por el contrario, exageraciones en la protección de los nuevos derechos. En este último caso lo políticamente correcto a veces pasa de la dimensión moral a la dimensión legal o política, generando verdaderos arranques de totalitarismo o intolerancia, lo opuesto a lo que se intenta combatir. Lo particularmente grave de esta situación es que estos fenómenos son como virus que se