MALDITAS ENCUESTAS

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sordoEs difícil entrar en ciertos temas sin rozar la política partidaria, aquella en la cual El Salmón se niega a ingresar. Porque muchas veces acciones u opiniones que son objeto de crítica en estas páginas tienen por detrás algún político que las ejecuta o dice. Lo que es bueno que los lectores entiendan es que lo que se critica  se critica porque el hecho sea criticable y no en función de la persona que lo dice.

Muchas veces cuando los políticos sufren algún traspié suelen echarle la culpa  a algún factor externo antes que hacer autocrítica. Y en ese sentido es algo bastante común echarle la culpa del fracaso a las encuestas. Lo han hecho casi todos. Las encuestas han sido demonizadas desde hace mucho tiempo. Desde la época de aquellas primitivas y supuestamente tendenciosas encuestas de Gallup que nunca le embocaban. En 1980 Gallup pronosticó que el plebiscito de reforma constitucional propuesto por los militares obtendría un 60% de los votos. Nunca sabremos si lo hizo con alguna intención de influir en el resultado, a favor de aquel engendro de la dictadura, pero si esas fueron sus intenciones realmente fueron muy poco efectivos. Es que entre las cosas feas que se dicen de las encuestas está el acusarlas de intentar manipular la opinión pública y así influir electoralmente, difundiendo números falsos o inventados.  Hace unos días el senador Larrañaga, muy enojado por su magra performance en las internas salió a dispararle con todo a las encuestas y a pedir la sanción de una ley que prohíba la difusión de los resultados de éstas desde 40 días antes de las elecciones. (Al día de hoy no se puede difundir resultados de encuestas 48 horas antes).  La posición de Larrañaga – seguramente producto de su frustración – es, cuanto menos ingenua, pero además es, en el fondo, poco democrática.

«Es increíble, no se hacen cargo de los errores enormes que han tenido. Pronosticaron diferencias entre el primer y el segundo (precandidato) del Partido Nacional que parecían muy exiguas y tuvieron efectos sin ningún tipo de dudas sobre la elección»,…..   El senador se quejó de la supuesta incidencia que tuvieron las encuestas de intención de voto en la última elección interna, que se desarrolló el 30 de junio. A su entender, las mediciones indicaban una diferencia de votos mucho menor entre los dos precandidatos blancos más votados –Luis Lacalle Pou y Juan Sartori– de la que realmente se dio. Larrañaga sostuvo que eso llevó a que parte de sus simpatizantes respaldaran al actual candidato para que no ganara el empresario. ….. A cuatro días de los comicios, la encuesta de la consultora Equipos, por ejemplo, le daba a Lacalle Pou una intención de voto en el entorno de 45% y a Sartori cerca de 32%. Sin embargo, en las urnas la diferencia fue más amplia: los precandidatos obtuvieron 53% y 20% de los votos, respectivamente.  https://www.elobservador.com.uy/nota/larranaga-propone-prohibir-la-difusion-de-encuestas-40-dias-antes-de-las-elecciones-2019820171331

Analicemos un poco con detalle el tema. Hoy en día hay cinco encuestadoras. Supongamos que hay empresas que efectivamente tratan de manipular la opinión pública volcando la tendencia de voto hacia uno u otro candidato. Es difícil pensar que todas ellas lo hagan, salvo que se pongan de acuerdo, y sin duda quién así lo haga sería rápidamente identificado por el público y perdería credibilidad.  El mayor activo que tienen estas empresas es la credibilidad y profesionalismo. En todas ellas trabajan profesionales que no quieren quedar pegados por trabajar en un lugar donde se tiren bolazos. Entonces es bastante probable que las que así proceden terminen fuera del mercado rápidamente.

Ahora bien, descartada la mala intención. ¿es cierto que pueden incidir en el resultado de una elección, tal como dice Larrañaga? Pueden, sí. En ciertas situaciones, como las que relata el Senador, pueden polarizar las opciones y los terceros en discordia verse perjudicados.  Hasta ahí lo que dice Larrañaga es cierto. El tema es si eso es bueno o malo. Y aquí es donde está el error de Larrañaga, o por lo menos la discrepancia que tenemos con él. En opinión de El Salmón esto es bueno. Las encuestas – y esto me parece que es lo más importante de todo – le dan más información al elector, y es sabido que cuanto más información tiene una persona en mejores condiciones para tomar decisiones está. Lo que propone Larrañaga, de limitar la difusión de las encuestas es, justamente, sacarle información al elector, hacer que elija a ciegas, en un contexto en el cual la multiplicidad de candidaturas hace más complicada la elección. Es en ese sentido que decimos que su propuesta es poco democrática. Y para presentar esto de forma más tajante: yo, El Salmón Bizarro, como votante, quiero tener información de las encuestas lo más fresca posible antes de ir a votar. Y si es de varias encuestadoras mejor. Usted lector ¿qué prefiere?  ¿Que por el camino quedarán cadáveres o personas dañadas? Sí, por supuesto, pero eso es parte de la decisión del soberano. Pensemos en el ejemplo de Larrañaga. La elección dentro del Partido Nacional tenía básicamente tres candidatos: Lacalle Pou, Sartori y Larrañaga. De estos tres, el más resistido de todos era Sartori.  En otras palabras cualquiera que votara a Lacalle Pou o a Larrañaga lo último que quería era que Sartori ganara la interna. Cuando las encuestas empezaron a marcar que Sartori venía creciendo mucha gente se asustó, y muchos votantes de Larrañaga seguramente se pasaron a Lacalle Pou porque pensaban que su voto estaba dividiendo a los “antisartoristas” y podía, indirectamente, llevar al indeseado pre-candidato como candidato a la presidencia. Esto es de lo que se queja Larrañaga. Ahora bien, pensemos qué podría haber pasado si no hubiera habido encuestas. La gente hubiera votado a ciegas, sin saber que Sartori tenía posibilidades. Podría haber pasado que la elección se dividiera en tercios  y que Sartori terminara ganando por ser el tercio mayor. (en realidad si ganaba por poco la convención podía nombrar a otro, pero no es una decisión fácil de tomar, no hay antecedentes de ello) . En ese contexto seguramente los partidarios de Lacalle Pou y Larrañaga se hubieran terminado tirando de los pelos. La mayor información le permitió a los votantes hacer una estrategia – de alguna forma una suerte de estrategia cooperativa – en la cual un candidato – Larrañaga – fue sacrificado. De todas formas era el candidato con menos posibilidades de ganar. Yo creo que los políticos que se preocupan por la influencia de las encuestas en los resultados deberían preguntarse mejor si en realidad el sistema político uruguayo es lo suficientemente transparente (ver el post de la semana pasada) como para que el votante no necesite información adicional – justamente, la que le dan las encuestas – para decidir su voto. Si el sistema de elección no lo pusiera en la obligación de especular sobre el destino que tendría su voto, sin duda el peso de las encuestas sería mucho menor.

Pensemos, además, que el hecho de que los resultados de las encuestas no se difundieran– porque se aprobara una ley como la que propone Larrañaga – no quiere decir que éstas no se hagan igual (salvo que también obliguen a que las empresas cierren en esas fechas, lo cual sería más arbitrario todavía). Es que estas empresas normalmente viven de hacer encuestas a pedido. Todos los partidos políticos las consultan, más allá que después las critican en público cuando no les gusta lo que da. En estas circunstancias habría algunos privilegiados que manejan información y otros que no, lo cual tampoco es bueno para el sistema democrático.

sustomamadoEn 2014 las encuestas daban que el Frente Amplio perdía la mayoría absoluta. Más allá de que la fuerza política las haya criticado, sin duda no se quedaron en eso, y se tomaron muy en serio los pronósticos. Tan es así que se vio un claro cambio en su estrategia electoral (mayor apelación a lo afectivo, por ejemplo), que le llevó a recuperar parte del electorado perdido y hacerse con la mayoría absoluta nuevamente. Si no hubiera habido encuestas tal vez el mamado no se hubiera despertado por el susto y el resultado hubiera sido otro. Pero, repito, todas estas consecuencias son positivas, la mayor información siempre permite tomar mejores decisiones. (o las que el elector piensan que son mejores; ahora no me malinterpreten)

Otro punto es que generalmente se critica a las encuestas porque se equivocan con frecuencia. Sí y no. Es verdad que muchas veces hay discrepancias entre lo que pronostican y lo que ocurre luego, y que ese fenómeno se ha agudizado últimamente. Es que cada vez es más complicado hacer encuestas. Antes se hacían por teléfono fijo. Esto permitía estratificar adecuadamente las muestras por ubicación geográfica. Hoy se hace a través de celulares, o incluso algunas empresas lo hacen por facebook, lo cual genera un cierto sesgo. Y además la gente – perseguida por temas de estafas y todo ese  tipo de cosas está más reacia a contestar.   Sin embargo estos errores – y las diferencias que suele haber entre las distintas empresas – son más bien en los detalles, no en los grandes números, más allá que a veces esos detalles terminen siendo muy importantes, a veces decisivos. En la elección de 2014, si bien ninguna encuestadora acertó con que el  Frente se llevaba la mayoría parlamentaria, tampoco hubo encuestadoras que dijeran que el Partido Nacional iba a terminar primero o el Partido Colorado o el Partido Independiente primero o segundo. Muchas veces los usuarios se ponen demasiado exigentes con las encuestas, y eso es producto de que no saben interpretarlas. La encuesta es una foto en un momento y presenta un margen de error, y este margen de error, por simples propiedades estadísticas es tanto más grande cuanto más en detalle se quiera ir. Es mucho más fácil pegarle a quién va a ser el primero en una elección que en una elección interna (ya que las muestras en este último caso suelen ser más chicas). Por otra parte, si las encuestas influyen sobre la estrategia del votante, es lógico que el resultado final difiera del que éstas proyectan, en la medida que los votantes, con la información que éstas dan decidan cambiar su voto por cuestiones estratégicas. Y a veces ocurren hechos entre el momento en que se grafico-elecciones-nacionales-por-partidodifunden los datos de la encuesta y la elección. Un caso emblemático fue el de España en 2004. Antes de la elección de marzo de ese año las encuestas daban ganador al Partido Popular. Entre la difusión del último resultado y la elección ocurrió el atentado del 11M. El mal manejo comunicacional que hizo el PP determinó que perdieran muchos votos y Aznar terminara perdiendo a manos de Rodríguez Zapatero. Tal vez eso es lo que puede haber ocurrido en la votación de las internas en el Partido Nacional – que coincide con la queja de Larrañaga – y que en este caso lo que confirman es que la encuesta no se equivocó, sino que dio una información que fue utilizada por los votantes para cambiar el voto que pensaban  efectuar en el momento en que se hizo la encuesta. En ese sentido puede ocurrir que la encuesta se “autodestruya” en tanto los resultados que anuncian induzcan a los votantes a cambiar su voto lo cual llevará a resultados diferentes a los que ésta anuncia.

La propuesta de prohibir la difusión de las encuestas 40 días antes de las elecciones es- además – impracticable. Salvo que declaren fuera de la ley a las encuestadoras no pueden prohibirles que éstas sigan efectuando las encuestas, entregarlas a quienes se las compran, e incluso publicarlas en el exterior. En todos esos casos, y con el avance actual de las comunicaciones es imposible evitar que se filtren sus resultados. Se acuerdan cuando la CNN difundió en 1994 encuestas a boca de urna – de difusión prohibida en Uruguay – que daban – erróneamente – ganador al Frente Amplio?. Pero además, imaginemos un mundo sin encuestas. Éstas serían sustituidas por las opiniones de los politólogos expertos que también harían sus especulaciones, solo que que con menos elementos. ¿debería prohibírseles también que opinaran?, ya que con el mismo argumento generan confusión. Debería prohibírsele además a los “adivinos” que, sin base científica alguna, hicieran sus predicciones? Tal vez éstos comenzaran a ocupar el lugar de las empresas encuestadoras. Y no subestimemos su efecto en la opinión pública, En los últimos días, después que el presidente Vázquez anunciara su enfermedad se dispararon en mi sitio las visitas a los posts en  que se describían las predicciones de los adivinos, seguramente porque muchos recordaban que tanto Marcelo Aquistapace como Boris Cristoff habían anunciado que Tabaré iba a ser sustituido. Según Aquistapace motivos de salud iban a hacer que Sendic ocupara su lugar. Según Cristoff iba a haber un golpe de estado.

Y por las dudas, esto no es un post contra el senador Larrañaga, sino contra su propuesta y las críticas a las encuestas, que en general se encuentran en todo partidos. Voces para prohibirlas salen de todos lados.

Y para finalizar, estas son las predicciones de El Salmón para la elección de octubre :

Frente Amplio……..   41%

Partido Nacional…… 28%

Partido Colorado……19%

Cabildo Abierto……..  6%

PI………………………….2.5%

Otros…………………….3.5%

sobre el total de votos  sin contar en blanco o anulados

Después no digan que no les avisé

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Un comentario »

  1. Está bueno el post, muy detallado como siempre. Si coincido o no ya es otra cosa. Últimamente las encuestas le están sirviendo a algunos ciudadanos para sopesar por dónde su voto puede ayudar a equilibrar el panorama con el famoso voto útil. También ayuda a los que quieren q las cosas cambien….pero no demasiado!.
    Los porcentajes q Ud. se arriesga a adelantar son parecidos a los míos.
    Sigo escribiendo a lo Tarzán por mi poca vista para la Tablet, así q lo dejo por aquí. Pero antes le quiero contar una cosa q no sé si será representativa pero es llamativa. Los padres del novio de mi hija son frenteamplistas y fueron a votar a Sartori, no se lo sugirió nadie, fue por simple antipatía a Lacalle. Comprobé q existe un inconsciente colectivo partidario.
    PD …y sí….Manini va a tener como 150000 votos, otro voto castigo y calentura de mucha gente que conozco…..ya sé lo q está pensando,..je je. no, yo no lo voy a votar.

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  2. tao_misantropo

    a mi me parece que el famoso +/- (margen de error) es simplemente porque las encuestas se hacen sobre la clase media, o ahora que esta de moda los «quintales» se basan en el tercer y cuarto quintal, se deberían de hacer por barrios o quizás por zonas, en el caso de montevideo : norte,sur,este,oeste y en el interior cada departamento una en capital y rural otra
    PD…creo que el PERI votara mejor que el PI (yo al igual que en la anterior voy a votar en primera vuelta al PERI, espero en esta oportunidad alcance algún sillon)

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  3. a mi me molesta el voto «util». Porque no es el voto principista. Yo prohibiria las propagandas y las encuestas. Haria que el estado imprima todos los programas de gobierno de cada partido y todas las listas en blanco y negro, y entregaria ese combo a cada votante. Que cada uno se haga responsable de sus elecciones, en base a un sentido critico e informado.
    Yo no creo en votar a este o cotra este. Creo en apoyar una idea aunque no gane. No creo en el hinchismo en la politica. O si, ser hincha, pero votar a otro si corresponde.

    Porque, es como el futbol (es inevitable el ejemplo futbolistico en este pais), si no, solo se seria hincha e nacional o peñarol, no ms cuadros chicos, y peor todavia, seria solo hincha del que gane…

    O eventualmente, inventen el voto negativo, que reste a tal o cual, y se acaba esa idea de votar a este para qu no gane el otro…

    Pero no creo que la informacion a la que el pez se refirio sea trascendente para cambiar una idea, sino solo para formar ganadores. Con lo cual, es otro clavo que el pragmatismo clava en el ataud del principismo. Y asi es que dejamos que tabarez ribas de leon (el profe, se entiende), lasarte y demas, dirijan en uruguay, siempre tirando para atras, buscando el antifutbol como forma de tratar de ganar. (habran notado la sutileza del ejemplo futbolistico para evitar nombrar politicos o partidos, aparte que con fulbo cualquiera lo entiende… :P)

    Si uno cree en una idea, debe luchar por ella. Con un voto que no vaya al ganador, o hasta con un voto en blanco. Pero respetar la idea por sobre el triunfalismo. Aunque no gane.

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    • puedo estar de acuerdo con lo que usted dice, pero el problema no pasa por prohibir las encuestas o la apropaganda. El problema está en las rigideces que pone nuestro sistema político. Si yo pudiera elegir mis senadores o diputados como se me canta como vimos en el artículo anterior , no tendría por qué especular y votar por quien mejor representa mis ideales, que es ahí en el parlamento donde me van a representar. El voto útil y la especulación la reservamos para la elección a presidente donde sé que por ahí mi candidato no tiene ninguna posibilidad y votar por él no tiene ningún sentido. Para seguir con el ejemplo futbolístico, puedo ser hincha de Boston River, apoyarlo en todo, ir a todos sus partidos, pero en la Libertadores soy hincha de Peñarol o Nacional.

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      • entonces prefiero la crecion del voto «negativo». Votar contra alguien directamente, no votar a favor de otro para que sea contra uno, por lo menos sería mas consecuente con la idea a proteger…
        Y prohibir las propagandas, evitaria los gastos al pedo, los problemas de financiacion, y protegeria la salud mental del publico, aparte de no dar vida a los publicistas y a los cantajingles.

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  4. Ignatius J Reilly

    Los mismos políticos que te refriegan las encuestas por la cara cuando les son favorables despues dicen no creer en las mismas cuando no lo son

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  5. ¿Sabe cuál encuesta deberían realizar ahora?… la de: «Ud., cambió el voto en la última semana?, otra… «Cuando sus amigos le preguntan a quién va a votar …se siente libre de decir la verdad?»..
    Estos últimos días he visto cambiar el discurso que mucha gente tuvo durante años y sinceramente me siento bastante confundido. El caso más raro es el de un conocido que fue víctima de 2 robos y que más de una vez juró que no volvería a votar al FA , pues tenía la convicción que no sabían combatir la delincuencia, Bueno, sucede que este vecino me dijo 2 días antes de las elecciones q tenía miedo a que si ganaba la oposición congelaran las jubilaciones….miedo? justamente él hablando de miedo! que me rompió los huevos durante meses comentando el miedo de su esposa cuando sus nietos salen a un baile (ya los encañonaron para robarles la moto). Entonces le pregunté si creía que la inseguridad tampoco podría ser controlada por Lacalle,(otra razón no hay, pensé) y me contestó muy suelto de cuerpo que «seguramente algo mejoraría, pero…», «pero qué?!».le pregunté…todavía estoy esperando la respuesta, se encogió de hombros y me quedó mirando. Sentí por un momento que estábamos en una comedia con los diálogos cambiados, porque el que se puso colorado fui yo y no él.
    Otra de estos últimos días… y no lo jodo más. En el boliche hay un conocido que es «dirigente sindical»…bueno así le gusta llamarse, aunque los q lo conocemos sabemos que es apenas un delegado de sección, sucede que este muchacho contaba como una gracia y repitiendo como un loro que se venían «años de mucha lucha y enfrentamientos», cuando comencé a preguntarle los motivos y al irle estrechando el cerco (y gracias al influjo del alcohol) me admitió que antes que nada es «un enfrentamiento de 2 modelos de país». «hay cosas irreconciliables» y bla bla bla.
    Bueno estas son algunas de las anécdotas que me hacen sentir que estamos en una eterna noria, repitiendo errores no muy lejanos, convirtiéndolos en virtudes.
    Y todavía me guardé los peores relatos de estos días, los que se refieren a amigos y conocidos que se han especializado en sublimar La Soberbia. «El peor de los pecados» decía mi abuela, pues «de ese sentimiento y de sus daños, por lo general no se vuelve».
    Saludos.
    PD no le hice mis predicciones políticas, porque es muy tarde, a lo mejor otro día, y mire que no sé ni me importa lo que votó Ud., se lo digo igual porque no le tengo miedo eh! , ay! perdón, discúlpeme, es el pecado de la ira que a veces me invade.

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